Autor: Luis
Fecha de publicación: 25 abril, 2019

Cazadores furtivos, uno de los problemas más graves del mundo animal

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La naturaleza ha estado ahí, con toda su gran e inmensa variedad de seres vivos, desde mucho antes de que el primer homínido pisara el suelo de este planeta. Sin embargo, el ser humano se ha desarrollado tanto que ya no tiene escrúpulos en destruir su propio planeta y a los que moran en él, por su beneficio. Aunque en los últimos tiempos el ecologismo esté empezando a imponer una visión mucho más realista del medio ambiente, todavía son muchos los que piensan que este planeta les pertenece y que cualquier cosa se puede hacer para conseguir lo que quieren. Incluso cuando eso conlleva matar animales y saltarse la ley.

Está claro que la caza es en muchas ocasiones necesaria para mantener un equilibrio en un ecosistema, y por ello hay determinadas normas a la hora de cazar en los cotos y sitios adecuados para ello. Por ejemplo, hay meses en los que no se puede cazar ciertos animales, y por supuesto, especies que están protegidas por su riesgo de intención. La mayoría de cazadores se mantienen dentro de esos límites, pero hay algunos que no dudan en traspasarlos para imponer su propia ley a base de escopeta y tiros. Son los cazadores furtivos y aquí en España también tenemos que sufrir esta maldita plaga.

Los cazadores furtivos en España

La caza furtiva se lleva a cabo en todo el mundo y es un proceso complicado de detener, puesto que se necesitaría un mayor control sobre las licencias de caza y los cotos donde se permite este deporte. Los cazadores furtivos no tienen en cuenta ninguna de las normas o recomendaciones que se llevan a cabo desde los estamentos para la conservación del medio ambiente. Ellos solo piensan en cazar determinadas piezas, como trofeo personal o tal vez para venderlas en el lucrativo mercado negro, en el que se paga muchísimo por ciertos animales que están en peligro de extinción.

Hay muchísimos cotos de caza en nuestro país, y en la mayoría de ellos se toman muchas restricciones con determinados animales y en momentos puntuales, para evitar su desaparición. Sin embargo, los furtivos se saltan esas normas, algo que está penado por la ley, y cazan lo que quieren cuando quieren. A pesar de que el Código Penal contempla multas y penas para este tipo de delitos, la mayoría hace la vista gorda cuando sabe que hay un furtivo en el terreno, lo que impide detenerles y llevarles ante la ley, como es debido.

¿En qué otros lugares se sigue practicando?

Es habitual encontrar cazadores furtivos en muchos países del mundo, ya que al fin y al cabo la práctica de la caza es global, y también llega a este punto en muchos sitios, sobre todo donde no hay demasiado control sobre las zonas de caza o el número de animales que se pueden cazar. África es seguramente el paraíso para los cazadores furtivos, ya que posee especies muy exóticas que solo están allí y la caza supone un impulso económico para ciertas zonas, cuyos dirigentes hacen la vista gorda o simplemente piden algo de dinero a los furtivos para que puedan disfrutar de su actividad en esos lugares donde se supone que está prohibida.

Asociaciones contra la caza furtiva

Existen numerosas asociaciones de defensa de los animales que han puesto en su punto de mira a los cazadores furtivos. Desde las campañas de Greenpeace en África y el Océano Pacífico, en este caso contra los cazadores de ballenas y delfines, hasta las asociaciones más locales que buscan frenar esta lacra. El SEPRONA es el departamento de los cuerpos de seguridad del Estado encargado de cuidar el medio ambiente y las especies que en el habitan. Son casi siempre los primeros a los que se suele llamar por la aparición de este tipo de cazadores en cualquier zona, porque además tienen potestad para detenerlos en el acto.

¿Qué animales se están viendo más afectados?

Son muchos los animales que están sufriendo por las prácticas furtivas, especies autóctonas de los lugares donde los furtivos más están trabajando, y además, animales que están viendo cómo se han convertido, por su propia exclusividad, en trofeos deseados por esos mismos cazadores. Los encontraremos alrededor del mundo, pero sobre todo en África y Asia, donde este tipo de cazadores están consiguiendo mermar de manera alarmante a muchas especies, acabando con buena parte de su ecosistema.

Tenemos los elefantes y los rinocerontes, que son uno de los objetivos favoritos de furtivos por el marfil, pero también determinadas especies de monos y babuinos, preciados por ser muy pocos ya los que quedan. El pangolín es un mamífero asiático que está igualmente en peligro de extinción por culpa de la caza furtiva, sí como animales marinos como la raya, el tiburón o la ballena beluga, que deben enfrentarse a la indiscriminada caza que se lleva a cabo sobre ellos incluso cuando se han convertido en especies protegidas.